1. Señale la afirmación correcta en relación con el posible diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en esta niña:
En la infancia muchos rituales son lúdicos y no requieren tratamiento. En los niños no es raro que falte el componente de irracionalidad de los rituales, y tampoco es infrecuente que no sean egodistónicos. El diagnóstico de TOC se establece cuando las obsesiones o compulsiones provocan un malestar clínico significativo, representan una pérdida de tiempo (más de 1 hora al día) o interfieren marcadamente en la rutina diaria del niño. Los niños intentan implicar a sus padres en los rituales, de ahí que la familia deba participar en la terapia. Los tics motores pueden aparecer como comorbilidad en la infancia. Esta niña fue diagnosticada de TOC porque los síntomas le hacían perder mucho tiempo y la interrupción de los rituales le generaba una gran ansiedad.
2. ¿Cuál sería la opción correcta en relación con el tratamiento de la niña?
La primera medida terapéutica en el TOC infantil es la psicoterapia. Los padres no deben participar en los rituales del niño: eso empeora la evolución y las relaciones familiares. El TOC en la infancia siempre debe tratarse, incluso los casos leves, por el riesgo de que se cronifiquen. La terapia psicológica indicada es la exposición en vivo con prevención de respuesta.
3. ¿Cuál de los síntomas que presenta la niña podría plantear un diagnóstico diferencial con un trastorno del espectro autista (TEA)?
En la práctica clínica el diagnóstico diferencial entre TEA y TOC no suele ser difícil, pero todos estos síntomas obligan a descartar un TEA. La niña tenía un contacto ocular, una interacción y una reciprocidad social adecuados; no mostraba intereses restrictivos ni ningún problema en el neurodesarrollo. La sensibilidad a ruidos también puede aparecer en los trastornos de ansiedad. La necesidad de ordenar los juguetes no era una conducta estereotipada. La necesidad de preguntar si los niños son buenos es otro ritual. La interacción social de la niña con sus iguales era normal.
4. Para una buena evolución del TOC pediátrico:
Como ya se ha señalado, los padres deben saber cómo ayudar al niño a afrontar los síntomas. El colegio debe estar informado del diagnóstico, dado que el TOC puede mermar el rendimiento escolar (por generar lentitud, meticulosidad, borrones y tachones...), y además permite explicar conductas extrañas en el aula (ordenar el pupitre y el material escolar, preguntar varias veces lo mismo...). Garantizando siempre la confidencialidad, si un niño tiene TOC los profesores deben saberlo para poder ayudarlo, ya que este trastorno suele ser invisible en el colegio.